La Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial (IDDSMM)Cree en Cristo Ahnsahnghong y Dios Madre
Guardemos la ley de la vida
1)Entrenando para adaptarnos a un nuevo mundo
2)Los hacedores de maldad no pueden entrar en el reino de los cielos
3)El destino de los que han abandonado la ley de Dios
4)Nuestras almas vuelven a crearse por la ley de la vida
David amó los mandamientos de Dios más que el oro muy puro,
diciendo que la ley de Dios convierte el alma y que los mandamientos de
Dios alegran el corazón (Sal. 19:7-11).
Como el pueblo de Dios,
tenemos que obedecer y guardar todas las enseñanzas de Dios con gozo.
Todas las palabras de Dios son provechosas para nuestro espíritu y
provienen del inmenso amor de Dios, quien desea darnos la vida eterna,
la salvación y la bendición. Espero que toda la familia de Sion ame los
mandamientos de Dios y los guarde siendo como David conforme al corazón
de Dios (Hch. 13:22).
Entrenando para adaptarnos a un nuevo mundo
Hace poco vi en las noticias de la televisión que un paracaidista con un traje espacial intentó una caída libre desde la estratosfera, más allá de la troposfera, realizando un salto exitoso; esto se convirtió en un tema importante en las noticias internacionales. Es un milagro el mismo hecho de haber intentado saltar desde una altitud de la que nunca antes nadie se había atrevido a saltar, y en un lugar donde la temperatura es notablemente más baja que la de la superficie de la tierra y casi no hay aire .¿Qué le habría sucedido al paracaidista si hubiera intentado saltar en caída libre sin llevar puesto un traje espacial? Pensemos en los astronautas. Para poder ir al espacio, deben ponerse ropas especiales que los protejan de los peligros del espacio. La tierra tiene aire, y la presión atmosférica adecuada ayuda a que todas las partes del cuerpo mantengan su forma. Sin embargo, no existe presión atmosférica en el espacio, sino solo vacío, lo cual causa un problema al cuerpo humano: los órganos internos del cuerpo se hinchan rápidamente. La tierra también tiene el medio ambiente y la temperatura apropiados para la vida, pero la temperatura del espacio es drásticamente diferente. Por eso los trajes espaciales están hechos científicamente, para ayudar a mantener la temperatura del cuerpo y la presión atmosférica sin importar la diferencia del medio ambiente externo.
En el espacio es imposible vivir de la misma forma que en la tierra. Por ejemplo, la gravedad de la luna solo tiene 1/6 de la fuerza que tiene la tierra, así que si usted salta hasta un metro en la tierra, puede saltar hasta seis metros en la luna. Es por eso que los astronautas, antes de ir al espacio, entrenan para adaptarse a las condiciones de vida del espacio; aprenden a caminar en el espacio en una postura como si nadaran en el agua, y también practican comer y beber a través de una sonda. Es preciso que repitan este curso de entrenamiento hasta estar plenamente capacitados y entrenados, de modo que puedan explorar el espacio adaptándose a la vida espacial cuando lleguen allá.
En cuanto a nosotros, estamos observando la ley de la vida, para poder adaptarnos a la vida en el reino celestial adonde iremos. Los astronautas se ven ridículos al practicar sus caminatas vistiendo incómodos trajes espaciales, pero en realidad están practicando cómo vivir en el espacio. Creer en Dios Padre y Dios Madre, dar gracias, gloria y alabanza a Dios, guardar los decretos, las reglas y leyes de Dios, y obedecer su palabra; todas estas cosas son las que debemos hacer para prepararnos para el reino de los cielos adonde iremos. En Apocalipsis podemos ver a los 24 ancianos y numerosos ángeles que siempre dan alabanza, gloria y gracias a Dios ante el trono (Ap. 4:10-11, 5:11-14). Ya que el reino de los cielos es así, necesitamos guardar las leyes del cielo también en esta tierra, para poder vivir sin ningún problema cuando vayamos allá.
La Biblia dice: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo”, “Celebrad la pascua en memoria de mí”. Cada palabra de la Biblia contiene la voluntad de Dios, quien quiere que entremos en el reino de los cielos, nuestro eterno hogar, y que nos adaptemos a la vida en el cielo. Sin embargo, la gente no sabe esto e insiste en sus propios pensamientos: “No importa qué día rindamos culto, si el sábado o el domingo”, “¿Qué importancia tiene si guardamos la Pascua o no?” ¿Qué pasaría si un astronauta se quitara su traje espacial, pensando: “Este traje es muy grueso e incómodo”, y en su lugar se pusiera su propia ropa de la tierra y así saliera de la nave espacial en pleno espacio? Por eso, la Biblia nos dice que no añadamos ni quitemos de la palabra de Dios, y también dice que el obedecer es mejor que los sacrificios
(Ap. 22:18-19, 1 S. 15:22).
Los hacedores de maldad no pueden entrar en el reino de los cielos
Las
condiciones de vida en el espacio son completamente diferentes de las
de la tierra. Por eso, si usted va al espacio confiando solo en el
conocimiento y la experiencia que ha obtenido durante su vida en la
tierra, se topará con un problema de inmediato. Del mismo modo, si
intenta ir al reino de los cielos solo con su propio sentido común y
experiencia de vida en la tierra, se enfrentará a un problema. Debemos
seguir exactamente todas las enseñanzas de Dios, quien administra el
universo entero; este es el camino de vida y salvación.
Mt. 7:21-23
『No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los
cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu
nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos
muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de
mí, hacedores de maldad.』
Los que practican el desafuero
con sus propios pensamientos, son como el necio que va al espacio sin
ponerse el traje espacial. Dios nos dice detalladamente cómo ponernos el
traje espacial espiritual. No obstante, muchas personas hoy en día
ignoran la palabra de Dios mientras dicen “Señor, Señor”, y practican el
desafuero con sus propios pensamientos, por lo cual no están aptos para
el reino de los cielos.
Aquí necesitamos concentrarnos en la
palabra “desafuero”. La palabra “desafuero” implica que existe la ley de
vida que debemos guardar. ¿Acaso puede aparecer una imitación si no
existe el objeto real? El objeto falso aparece porque existe el objeto
real. De igual manera, ya que existe una ley, no guardarla llega a ser
un acto de desafuero. Si no hubiera ley, no podría crearse la palabra
“desafuero”.
El que quiere ir al reino de los cielos debe
aprender la ley del cielo y guardarla también en la tierra. Esta ley
está estrechamente relacionada con la salvación, es decir, con el asunto
de entrar en el eterno reino celestial. Por eso Dios nos ha enseñado la
ley de vida, y rechaza a todos los que no siguen la ley sino que
practican el desafuero, diciendo que no son dignos de entrar en el reino
de los cielos.
1 Jn. 3:4 『Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.』
El
pecado proviene del desafuero. Dios ha definido el desafuero como
pecado, y ha hecho del reino de los cielos un mundo donde jamás entrarán
los pecadores que cometen desafuero. Los mandamientos de Dios contienen
la voluntad de Dios de que disfrutemos plenamente de la vida celestial
en el eterno reino de los cielos.
1 Jn. 3:8-10
『El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde
el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las
obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el
pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar,
porque es nacido de Dios. En esto se manifiestan los hijos de Dios, y
los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su
hermano, no es de Dios.』
Los que pertenecen al diablo son
amadores del desafuero, pero el pueblo de Dios no da su corazón a él,
aunque la tentación de Satanás suene muy dulce. El mundo de Satanás es
un lugar al que pueden adaptarse muy bien los que tienen la naturaleza
del pecado. En cambio, el reino de Dios es un lugar donde no hay pecado
ni desafuero, sino solo la ley de vida que Dios ha creado; y solo los
que están acostumbrados a la ley de vida pueden disfrutar el placer, la
gloria y la felicidad en ese mundo.
Por eso la distinción entre
los hijos de Satanás y los hijos de Dios se determina según practiquen
el desafuero o guarden la ley de Dios. Los peces toman oxígeno a través
de sus branquias, por eso pueden respirar cómodamente en el agua; en
tierra donde no hay agua, no pueden vivir felices, aunque se desplieguen
ante ellos hermosos paisajes. Del mismo modo, los hijos de Satanás
siempre viven en el pecado, y los hijos de Dios han sido creados para
deleitarse en los mandamientos y leyes de Dios, y se adecúan bien a
ellos.
El destino de los que han abandonado la ley de Dios
Los
que no son del pueblo de Dios, no pueden ajustarse al reino de los
cielos, pero este es el lugar perfecto para el pueblo celestial. Ese
mundo será dado a los hijos de Dios que se deleitan en la ley de vida de
Dios y la aman más que el oro muy puro. Grabando este hecho en nuestro
corazón, debemos impedir que el desafuero entre en nuestra mente. Deseo
que siempre se mantengan lejos del pecado y moren en el nuevo pacto, la
ley de vida.
Jer. 16:10-13 『Y
acontecerá que cuando anuncies a este pueblo todas estas cosas, te dirán
ellos: ¿Por qué anuncia Jehová contra nosotros todo este mal tan
grande? ¿Qué maldad es la nuestra, o qué pecado es el nuestro, que hemos
cometido contra Jehová nuestro Dios? Entonces les dirás: Porque
vuestros padres me dejaron, dice Jehová, y anduvieron en pos de dioses
ajenos, y los sirvieron, y ante ellos se postraron, y me dejaron a mí y
no guardaron mi ley; y vosotros habéis hecho peor que vuestros padres;
porque he aquí que vosotros camináis cada uno tras la imaginación de su
malvado corazón, no oyéndome a mí. Por tanto, yo os arrojaré de esta
tierra […]』
Aquí también podemos ver que el pueblo
abandonó a Dios y no guardó su ley, y en consecuencia un gran desastre
vino sobre ellos. La Biblia nos enseña que no debemos volvernos de los
decretos y leyes de Dios. Si hacemos algo aparte de las leyes de vida,
esto pertenece al diablo y llegamos a adorar a Dios en vano
Mt. 15:7-9
『Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este
pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano
me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.』
Los
que siguen los mandamientos enseñados por hombres nunca podrán entrar
en el reino de los cielos. Su adoración es completamente en vano. Dios
entrena espiritualmente a los seres humanos en esta tierra a través de
sus mandamientos, para que puedan vivir en el reino de los cielos
eternamente. Sin embargo, Satanás el diablo viene y los tienta para
impedirles vivir en el cielo. “Es suficiente con creer en Dios, por eso
no hay necesidad de una ley”, “Considerando el número de los que guardan
el culto dominical y otras cosas, ¿acaso no es más razonable guardar el
domingo?” Con estas astutas palabras, Satanás está engañando a la gente
incluso en este instante.
Debemos buscar la gloria de Dios y no
la de los hombres, y tener esperanza en la gloria que disfrutaremos en
el cielo, en lugar de mirar la gloria de esta tierra. Cuando Jesús fue
crucificado por los pecados de toda la humanidad, dos malhechores
también fueron crucificados con Él, uno a su derecha y el otro a su
izquierda.
El malhechor que estaba a su izquierda insultó y
calumnió a Jesús junto con los judíos que estaban a su alrededor. Pero
el malhechor de su derecha le rogó: “Jesús, acuérdate de mí cuando
vengas en tu reino”. Aunque había vivido equivocadamente en esta tierra,
estaba ansioso por vivir de manera justa como un hombre arrepentido en
el mundo venidero. Por eso, cuando confesó su sincero deseo y su fe en
Jesús, Él le prometió: “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc.
23:39-43).
Nuestro Padre nos enseñó que el malhechor que estaba a
la izquierda de Jesús solo pensaba en su gloria actual, y el malhechor
que estaba a su derecha pensaba en su gloria futura. A ambos se les dio
la valiosa oportunidad de encontrar a Cristo, pero sus destinos fueron
completamente diferentes; uno de ellos fue a la destrucción por haberse
inclinado a la gloria presente, y el otro fue enormemente bendecido
gracias a su verdadero arrepentimiento con fe, pensando en la gloria
futura.
El necio solo perseguía su gloria presente, pero el sabio
buscaba su gloria futura. Debemos pensar en qué clase de gloria y
bendiciones recibiremos en el reino de los cielos adonde iremos, en
lugar de pensar en cómo disfrutar más que las demás personas de la
tierra, y hoy necesitamos vivir una vida más enérgica. Si un astronauta
abandona su entrenamiento, tendrá dificultades en todo cuando vaya al
espacio. No debemos abandonar los santos mandamientos de Dios sino
obedecerlos fielmente, y sobre todo debemos cuidarnos de no cometer
desafuero. Si seguimos el desafuero, llegamos a pertenecer al diablo, y
si pertenecemos al diablo, no podemos ir al cielo.
Nuestras almas vuelven a crearse por la ley de la vida
Dios
nos ha dado la ley de la vida que puede romper el poder del pecado y la
muerte. A través de esta ley de vida, Dios nos está volviendo a crear y
cambia todos los aspectos de nuestras almas. Es por eso que Jesús dijo:
“Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo” (Jn. 5:17). Dios todavía
está haciendo la obra de la creación espiritual, para que podamos llegar
a la perfección.
Jer. 31:31-34 『He
aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con
la casa de Israel y con la casa de Judá. […] Pero este es el pacto que
haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré
mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por
Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su
prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque
todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande,
dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más
de su pecado.』
Dios dice que pondrá la ley del nuevo pacto
en el corazón de su pueblo y que quitará todos sus pecados. Esto
significa que los que no tengan esta ley de vida en su corazón, no
podrán convertirse en pueblo de Dios. Hoy también estamos siendo creados
de nuevo a través de la ley del nuevo pacto en Cristo.
Los
decretos, las reglas y las leyes del nuevo pacto que ahora estamos
guardando, realmente no son algo pequeño. Ustedes pueden pensar que solo
van a la iglesia el Día de Reposo y comen el pan y beben el vino en la
Pascua. Pero Dios ahora está volviéndonos a crear, para que podamos
nacer de nuevo como nuevas criaturas perfectamente aptas para vivir en
el reino de los cielos, aunque no nos demos cuenta.
IDDSMM
IGLESIA DE DIOS SOCIEDAD MISIONERA MUNDIAL
CRISTO AHNSAHNGHONG
DIOS MADRE
Gracias a Cristo Ahnsahnghong por su enseñanza acerca de la ley de la vida para guiarnos al reino de los cielos.
ResponderEliminarCristo Ahnsahnghong nos enseñó la ley de la vida que está en toda la biblia como Jesús hace dos mil años.
ResponderEliminarDebemos guardar todas las mandamientos de Dios. Es muy importante.
Amen, por gracia de Cristo Ahnsahnghong y Dios Madre, podemos guardemos la ley de la vida.
ResponderEliminarEsta cercando la Pascua. Celeblemos la pasua y regresamos al reino de los cielos.
ResponderEliminarLa ley de vida es el nuevo pacto. Y solo Dios nos puede darlo.
ResponderEliminarAun que cree en Dios, si no guarde la ley de Dios no pueden entrar el reino de los cielos.
ResponderEliminarGuardemos la ley de vida.
Si amamos a Dios Padre Ahnsahnghong y Dios Madre, debemos guardar los mandamientos de Dios.
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